Vivir donde se trabaja: los derechos de las empleadas del hogar internas

Las empleadas del hogar internas conviven con la familia a la que prestan servicio. Esta convivencia plantea desafíos únicos y, durante años, sus derechos laborales han estado en segundo plano. Pero eso ha cambiado. Hoy repasamos los derechos más importantes que amparan a estas trabajadoras en España.

 

Jornada, descanso y horas de presencia


Jornada máxima: 40 horas semanales de trabajo efectivo.

Horas de presencia (tiempo de disponibilidad sin tareas): se pueden pactar hasta 20 horas semanales adicionales, que deben pagarse o compensarse.

Descanso diario: 12 horas entre jornadas (puede reducirse a 10 con compensación).

Descanso semanal: mínimo 36 horas seguidas, normalmente sábado por la tarde y domingo completo.

Vacaciones: 30 días naturales al año, con al menos 15 días consecutivos.

Alojamiento y manutención


El empleador debe proporcionar una habitación digna, segura y privada, además de comida. Esto puede considerarse parte del salario en especie, pero solo hasta el 30% del sueldo total. El 70% debe pagarse en metálico, respetando siempre el salario mínimo.

Salario y Seguridad Social


Salario mínimo: igual que el SMI vigente para jornada completa (en 2025, unos 1.184 €/mes en 14 pagas).

Pagas extra: dos al año o prorrateadas.

Alta obligatoria en la Seguridad Social, desde la primera hora contratada.

Desde 2022, también tienen derecho a paro y cobertura por FOGASA (impago de salarios o indemnizaciones).

Contrato y despido


El contrato debe ser por escrito, indicando jornada, sueldo, descansos, etc.

Si no hay contrato escrito, se presume indefinido y a jornada completa.

Ya no se puede despedir sin causa: debe haber un motivo objetivo o disciplinario justificado.

En caso de despido objetivo, se exige preaviso y 12 días de salario por año trabajado (máx. 6 meses) como indemnización.

Un paso hacia la dignidad


Gracias al Real Decreto-ley 16/2022, las empleadas del hogar internas han ganado derechos que antes no tenían. Ahora cuentan con mayor protección social, estabilidad y acceso al desempleo. Aun así, es clave que tanto empleadores como trabajadoras conozcan y respeten estas normas.

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