Cuando imaginamos nuestra vida, probablemente, no incluyamos en esa lista de deseos los problemas con la justicia. Ni mucho menos pensamos que, de tenerlos, estaremos en un momento económicamente delicado como para no poder afrontarlos. El turno de oficio es, precisamente eso, un servicio para la sociedad o, si se prefiere, un faro en la niebla de la justicia para que ningún ciudadano se pierda en las sombras de la ley.
Se trata de un servicio proporcionado por letrados que son parte de una lista organizada por los Colegios de Abogados, en colaboración con la administración judicial. Los profesionales que participan están comprometidos en asegurar que todo individuo, independientemente de su situación financiera, tenga acceso a representación legal.
Su trabajo no solo requiere un conocimiento profundo de la ley y un asesoramiento legal, sino también soporte y comprensión en momentos críticos: “Es una labor fundamental para garantizar el acceso a la justicia para aquellos que más lo necesitan”, afirma la letrada Hane Lore King Montes de Oca.
Visto con perspectiva, no se trata sólo de un trabajo, es una vocación, un puente entre la ley y aquellos que necesitan su protección pero carecen de los medios para acceder a ella. “Requiere empatía, habilidades legales sólidas y una fuerte ética profesional. Es un honor poder servir a la comunidad de esta manera”, asegura Hane Lore King.
El turno de oficio requiere que los abogados manejen una variedad de casos, desde pequeñas disputas civiles hasta asuntos penales complejos. Deben estar preparados para enfrentarse a una amplia gama de situaciones legales y, a menudo, bajo presión de tiempo y con recursos limitados.
“Como abogada especialista en diversas ramas del derecho, mi compromiso es brindar soluciones integrales y efectivas para cada desafío legal, con pasión, dedicación y un enfoque multidisciplinario», expresa Lore King.
Así, mientras que el turno de oficio puede parecer un concepto puramente legalista, en su núcleo es profundamente humano y esencial para mantener la integridad de nuestra sociedad. A través de este servicio, los abogados no solo aplican la ley, sino que también fomentan un sentido de comunidad y soporte, asegurando que todos, sin distinción, puedan obtener acceso a la justicia con dignidad.